Wednesday, August 30, 2006

Tuesday, August 29, 2006


CANTO DEL MACHO ANCIANO


Sentado a la sombra inmortal de un sepulcro,
O enarbolando el gran anillo matrimonial herido a la manera de palomas que se deshojan como congojas,
escarbo los últimos atardeceres.


Como quien arroja un libro a de botellas tristes a la Mar-Océano
o una enorme piedra de humo echando sin embargo espanto a los acantilados de la historia
o acaso un pájaro muerto que gotea llanto,
voy lanzando los peñascos inexorables del pretérito
contra la muralla negra.


Y como ya todo es inútil
como los candados del infierno crujen en goznes mohosos,
su actitud llena la tierra de lamentos.


Escucho el regimiento de esqueletos del gran crepúsculo,
del gran crepúsculo cardíaco o demoníaco, maníaco de los enfurecidos ancianos,
la trompeta acusatoria de la desgracia acumulada,
el arriarse descomunal de todas la banderas, el ámbito terriblemente pálido
de los fusilamientos, la angustia
del soldado que agoniza entre tizanas y frazadas, a quinientas leguas abiertas
del campo de batalla, y sollozo como un pabellón antiguo.


Hay lágrimas de hierro amontonadas, pero
por dentro del invierno se levanta el hongo infernal del cataclismo personal, y catástrofes de ciudades que murieron y son polvo remoto aúllan.

(...)

Fragmento del poema del mismo nombre por Pablo de Rokha, chileno, 1894-1968.

Tuesday, August 22, 2006



La Loba


Unos meses la sangre se vistió con tu hermosa
figura de muchacha, con tu pelo
torrencial, y el sonido
de tu risa unos meses me hizo llorar las ásperas espinas
de la tristeza. El mundo
se me empezó a morir como un niño en la noche,
y yo mismo era un niño con mis años a cuestas por las calles, un ángel
ciego, terrestre, oscuro,
con mi pecado adentro, con tu belleza cruel, y la justicia
sacándome los ojos por haberte mirado.

Y tú volabas libre, con tu peso ligero sobre el mar, oh mi diosa,
segura, perfumada,
porque no eras culpable de haber nacido hermosa, y la alegría
salía por tu boca como vertiente pura
de marfil, y bailabas
con tus pasos felices de loba, y en el vértigo
del día, otra muchacha
que salía de ti, como otra maravilla
de lo maravilloso, me escribía una carta profundamente triste,
porque estábamos lejos, y decías
que me amabas.

Pero los meses vuelan como vuelan los días, como vuelan
en un vuelo sin fin las tempestades,
pues nadie sabe nada de nada, y es confuso
todo lo que elegimos hasta que nos quedamos
solos, definitivos, completamente solos.

Quédate ahí, muchacha, Párate ahí, en el giro
del baile, como entonces, cuando te vi venir, mi rara estrella.
Quiero seguirte viendo muchos años, venir
impalpable, profunda,
girante, así, perfecta, con tu negro vestido
y tu pañuelo verde, y esa cintura, amor,
y esa cintura.

Quédate ahí. Tal vez te conviertas en aire
o en luz, pero te digo que subirás con éste y no con otro:
con éste que ahora te habla de vivir para siempre
tú subirás al sol, tú volverás
con él y no con otro, una tarde de junio,
cada trescientos años, a la orilla del mar,
eterna, eternamente con él y no con otro.

Gonzalo Rojas, chileno, 1917

Wednesday, August 16, 2006

torbellino



Imaginense la siguiente escena.
En determinado momento del dia, te sientes como ese rey que al mirar todos sus guerreros en linea bajo el sol, se pone a llorar pensando que en algunos cuantos años mas, de ellos nada mas quedara que huesos.
En determinado momento del dia, te das cuenta de que todo lo que crees te pertenece te es ajeno, incluso tus ideas, emociones y deseos parecen surguir sin orden, ni concierto, desde algun sitio, tal cual como si lloviera.

¿ Que hacer?

Monday, August 07, 2006

¡biba todo!


deberia hacer algo asi como una oda a los blog y fotolog ( que tengo botados) mi disco duro fenecio, de muerte natural, despues de algun tiempo ( por eso anduve perdido de por aca) y gracias a estos espacios, pude salvar mis fotos mas absurdas y gran parte de mis textos corregidos publicados, aca y alla. Entonces niños un gusto volver a encontrarlos y les aconsejo "respalden" sus cositas ( si esas tambien) ojala no les ocurra lo mismo que a mi

¡BIBA TODO!