Monday, July 03, 2006

CANCIÓN DEL ESPOSO SOLDADO


He poblado tu vientre de amor y sementera,
he prolongado el eco de sangre a que respondo
y espero sobre el surco como el arado espera:
he llegado hasta el fondo.

Morena de altas torres, alta luz y ojos altos,
esposa de mi piel, gran trago de mi vida,
tus pechos locos crecen hacia mí dando saltos
de cierva concebida.

Ya me parece que eres un cristal delicado,
temo que te me rompas al más leve tropiezo,
y a reforzar tus venas con mi piel de soldado
fuera como el cerezo.

Espejo de mi carne, sustento de mis alas,
te doy vida en la muerte que me dan y no tomo.
Mujer, mujer, te quiero cercado por las balas,
ansiado por el plomo.

Sobre los ataúdes feroces en acecho,
sobre los mismos muertos sin remedio y sin fosa
te quiero, y te quisiera besar con todo el pecho
hasta en el polvo, esposa.

Cuando junto a los campos de combate te piensa
mi frente que no enfría ni aplaca tu figura,
te acercas hacia mí como una boca inmensa
de hambrienta dentadura.

Escríbeme a la lucha, siénteme en la trinchera:
aquí con el fusil tu nombre evoco y fijo,
y defiendo tu vientre de pobre que me espera,
y defiendo tu hijo.

Nacerá nuestro hijo con el puño cerrado
envuelto en un clamor de victoria y guitarras,
y dejaré a tu puerta mi vida de soldado
sin colmillos ni garras.

Es preciso matar para seguir viviendo.
Un día iré a la sombra de tu pelo lejano,
y dormiré en la sábana de almidón y de estruendo
cosida por tu mano.

Tus piernas implacables al parto van derechas,
y tu implacable boca de labios indomables,
y ante mi soledad de explosiones y brechas
recorres un camino de besos implacables.

Para el hijo será la paz que estoy forjando.
Y al fin en un océano de irremediables huesos
tu corazón y el mío naufragarán, quedando
una mujer y un hombre gastados por los besos.



Miguel Hernandez, español, 1910-1942

6 comments:

[Matilda...] said...

Que lindos versos.
hay uno que me gusto especialmente. ese del miedo al daño.

Besos para ti

Claudia Corazón Feliz said...

Buen poeta rescataste, licenciado.

Un beso.

Claudia Corazón Feliz said...

¿Adonde andai oye?

Anonymous said...

Hola usted
el poema es bueno porque en al final es como una justificación aparentemente convincente de la humanidad del soldado; pero a veces pienso que sólo era el soldado hernández el que intentaba justificarse a sí mismo, a su presencia en ese horror que fue la guerra civil española. Una justificación y una evasión.

Y sin embargo estos versos se sienten en los huesos.

Esa sensual visión de la lucha, esa oposición masculino/femenino lucha/paz ... me gusta pero me asusta, suena bien pero algo en mí le da cierta repulsa, lo encuentro medio encubridor.

Se justifica en la pasión, en el amor, en el futuro... Supongo que es muy de su época, porque si no lo supongo como que me da cierta rabia- crítica.

Y es muy triste darse cuenta que ese hijo nació sin memoria, porque la guerra fue tan traumática que la mayoría de los españoles optaron por el silencio; todos tenían las manos manchadas de sangre, por acción o por omisión.

saludos
lapaula

Anonymous said...

http://cachiporrateatro.blogspot.com

Unknown said...

...copate con el gallego!...

;)