
No es dificil ver cuando uno se encuentra en presencia de un hombre sincero. Nos miran con la misma cara de quien tiene unas impresionantes ganas de cagar y se encuentra de repente con el, (a la luz de sus imperiosas ganas), mas hermoso baño del universo. Prestos a soltarnos sus mas variadas mierdas, que van desde como debe conservarse tal o cual cosa, hasta la forma en que el gobierno deberia tratar a todos esos revoltosos y molestos mapuches, miembros de la udi, problemas de corrupcion funcionaria, a los malos delincuentes, los perniciosos drogadictos, y a la juventud descarriada. Lo hacen y gesticulan con las manos, con la certeza absoluta de marcar un antes y un despues en cada tema. Despues se van satisfechos, con el culo limpio, relucientes.
La Sinceridad, sin embargo, cruza transversalmente todos los grupos sociales y es tan valorada como virtud capital, en los buenos hijos de familia que no es dificil encontrarse, con los Sinceros, del tipo "Puta Histerica". Hombres y Mujeres a quienes les resulta imposible guardarse una sola palabra de lo que piensan, creen y sienten, cuando son pasados a llevar por la gente mala que habita en este mundo. Metralletas de inquina, disculpan y justifican su comportamiento, en esta nunca bien ponderada virtud, mal que mal, guardarse las rabias, los malos ratos, es muy malo y contarle a todos las perpetuas injusticias de las que son victimas, es terapeutico. Bien conocidos son los efectos perniciosos del recato y la mesura.